Globalización Comisión Cooperativismo 2007 - Las cooperativas luego de la ola neoliberal

Una vuelta al origen para volver a significar en el presente el papel transformador de las cooperativas

Mucho se discute en torno a la etapa actual del desarrollo social. ¿Qué capitalismo es el que está en curso? ¿En que momento del desarrollo capitalista nos encontramos? Hace casi un siglo que Lenin popularizó al Imperialismo como la fase superior y última del capitalismo11 y desde entonces, la recurrencia de crisis, resistencias y revoluciones nos deja en un debate sobre las características de nuestro tiempo y la lucha de clases en el presente y en el futuro.


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Efectos de la crisis sobre el empleo y tácticas para enfrentarlos

El Parlamento de la Argentina transformó en ley la estatización del sistema de jubilaciones y pensiones. Ello supone que unos 78.000 millones de pesos que acumula el fondo administrado por las AFJP pasa a ser gestionado, probablemente desde diciembre del 2008, por la ANSES, el ente estatal encargado de administrar la seguridad social. A esos recursos deben adicionarse los recursos mensuales aportados por efecto de las retenciones obligatorias a las asignaciones de los trabajadores y los aportes patronales en carácter de contribución a la seguridad social. Es una masa importante de recursos que deja de estar administrada por el mercado, aunque debe reconocerse que había una importante regulación sobre el destino de esos fondos. Es así que el 55% de los recursos están invertidos en títulos públicos, más por inducción estatal que por propia decisión de las administradoras privadas. El Estado dispondrá ahora del total de esos recursos que debe cuidar, proteger y utilizar para estimular la actividad económica, la producción, y enfrentar un horizonte recesivo de la economía mundial con impacto en todos los países. Lo último como acaba de ser reconocido por la presidenta de la Argentina en Libia, como parte de su gira internacional. Es una afirmación distinta de las manifestadas hasta hace muy poco tiempo. Otra cuestión será discutir el tipo de activación de la producción, ya que hasta ahora se ha favorecido necesidades del capital hegemónico y destinado al consumo de altos ingresos. La articulación productiva con la satisfacción de necesidades populares sigue siendo una asignatura pendiente.

La realidad de la recesión mundial en curso y la asunción presidencial del problema es el punto de partida para pensar los impactos de la crisis en el presente y futuro cercano. Los efectos son los que pueden derivarse, por ejemplo, del anuncio realizado en Washington por el Citigroup para despedir 52.000 trabajadores del conglomerado empresarial. Deben adicionarse los 18.000 ya cesanteados, sumando en total 70.000 puestos de trabajo menos en la corporación transnacional. Recordemos que el banco transnacional tiene 1400 sucursales en 46 países y en la Argentina, instalado desde 1914, con 59 sucursales y casi tres mil trabajadores que pueden sufrir el destino de la cesantía. El gobierno de Bush acaba de inyectar 20.000 millones de dólares para sostener patrimonialmente a la entidad y logrando una suba (transitoria) de las bolsas del mundo. La inyección de liquidez al Citigroup puede llegar a 65.000 millones de dólares, poniendo en evidencia la magnitud del quebranto de los gigantes involucrados en la debacle capitalista. Por otra parte, el gobierno de EEUU denuncia la pérdida de 240.000 puestos de trabajo en octubre del 2008 y 160.000 en septiembre, totalizando 400.000 despidos en los últimos dos meses. El presidente recientemente electo en EEUU, Barack Obama, anuncia la creación de 2,5 millones de puestos de trabajo para los próximos dos años, 2009 y 2010, los primeros de su gestión. Es una propuesta para un ritmo de 100.000 nuevos puestos de trabajo mensuales que intenta contrarrestar el promedio de septiembre y octubre por 200.000 puestos de trabajo perdidos por mes, sin saber aún cual será el límite para un desempleo creciente que ya supera el 6,5% de la población económicamente activa en el país del norte. Las automotrices de Detroit, cuna del automotor, están en crisis y expresan que el tema es integrado en la esfera de los servicios y la producción. No es solo crisis financiera, sino económica, originada en EEUU y proyectada a la economía mundial. Aludimos específicamente a la Ford, Chrysler y GM, fuentes de innumeras turbulencias e inestabilidad, precisamente del empleo de sus trabajadores.

La GM es noticia en Argentina por su política de suspensión de la producción y el empleo desde fines de septiembre y que ahora negocia con el sindicato una política de rotación de las suspensiones y reducción del salario. Es un tema que había alejado la recuperación económica argentina entre el 2003 y 2007, donde el tema pasó a ser la discusión por los ingresos de los trabajadores en el marco de los convenios laborales. Ahora parece volver el sentido defensivo de la lucha sindical para privilegiar la defensa de la fuente de trabajo más que del salario y la lucha por su recomposición y aumento, pese a mantenerse la presión sobre los ingresos por el crecimiento de los precios, especialmente de la canasta alimentaria y familiar.

Respuestas ante la crisis

Las respuestas en la sociedad son variadas. Los empresarios acuden a la política del miedo ante el despido para contrarrestar demandas salariales e incluso reducir premios, compensaciones o demandas de mejoras en las condiciones laborales. La Central de Trabajadores Argentinos, CTA, propone suspender los despidos por 180 días y la Confederación General del Trabajo, CGT, empuja la idea de la doble o triple indemnización para evitar las cesantías. Ambas iniciativas pretenden frenar el atajo empresarial para custodiar la tasa de ganancia sobre la base del despido o la disminución de los costos de producción disminuyendo el salario y el costo laboral. Las patronales argentinas empujan un chantaje a dos puntas, sobre el Estado y los trabajadores. Al primero le reclaman subsidios, tipo de cambio adecuado (elevado) y fuentes de financiamiento suficiente y barato para enfrentar el estancamiento. A los trabajadores les demandan una cuota de sacrificio para sostener el empleo. Nunca se les ocurre resignar parte de las ganancias, y es claro, que esa es la lógica del capital.

¿Qué dicen los datos oficiales sobre la evolución de la actividad económica y el empleo en la Argentina? Los datos son del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INDEC, para el 3º trimestre del 2008 y remiten a 31 aglomerados urbanos. La Tasa de actividad es del 45,7% de la población, lo que expresa una leve disminución para trimestres similares de los años previos. Un valor similar se encuentra hacia el 2003, momento de inicio de la recuperación de la economía Argentina, en una curva de ascenso que ahora retoma el punto de partida. De este modo se convalidan pronósticos de desaceleración de la economía en Argentina. La Tasa de empleo registra un 42,1% de la población, con una leve disminución respecto del mismo periodo del año 2007. Es un reflejo de las dificultades que se presentan en la economía local para mantener el ritmo de generación de empleo del ciclo anterior entre 2003 y 2007. Es un tema que se ve agravado con los anuncios de cesantías y suspensiones de la producción, anticipo de vacaciones, etc.

La Tasa de desocupación llega al 7,8% de la población económicamente activa. Se mantiene así la tendencia declinante del desempleo, aunque parece morigerarse respecto del ciclo de crecimiento económico anterior. El desempleo es menor que a igual periodo del 2007, pero se dificulta el ritmo de disminución. La Tasa de subocupación es del 9,2% y aquí si se presenta un estancamiento de los guarismos respecto del año anterior. La Tasa de subocupación demandante es de 6,3% manteniendo las tendencias del último periodo, mientras que aparece un crecimiento de la Tasa de subocupación no demandante del 2,9, reflejando la falta de estímulo en la búsqueda de trabajo de una parte de la población con problemas de empleo.

PT

PEA

PO

PD

PS

24.452.000

11.165.000

10.295.000

871.000

1.027.000

100%

45,7%

42,1%

7,8%

9,2%

Fuente: http://www.indec.mecon.ar/

PT = Población Total; PEA = Población Económicamente Activa;

PO = Población Ocupada; PD = Población Desocupada; PS = Población Subocupada.

Síntesis

Parece estar ocurriendo un cambio de tendencia en el ciclo económico que expresan las variables económicas de la Argentina luego de 5 años de crecimiento con tasas entre el 8 y el 9% anual. Ya no se espera para el próximo año repetir esos guarismos y la discusión pasa por analizar quién pagará el costo del nuevo ciclo.

La crisis es una oportunidad para modificar la ecuación de beneficiarios y perjudicados por el curso de la política económica. Para ello se requiere promover la distribución del ingreso y la riqueza en el marco de una integración alternativa con los países de la región. Argentina tiene que alejarse del epicentro de la crisis y acercarse a nuevas formas de articulación productiva, interna y globalmente, de la economía doméstica.

Es momento para cambiar. No alcanza con reproducir patrones de estímulos fiscales y monetarios para reproducir un patrón de producción que satisface demandas de consumo de sectores de altos ingresos. La ocasión es propicia para intentar una recuperación resolviendo necesidades insatisfechas de la mayoría empobrecida.



Cómo mover las fichas en el nuevo tablero (publicado en Página12)

TEMAS DE DEBATE: LA CRISIS ECONOMICA INTERNACIONAL


Cómo mover las fichas en el nuevo tablero

Desconexión y reconexión

En la reciente cumbre del G-20 hubo consenso acerca de la necesidad de reformar el sistema financiero global, pero todavía no se avanzó con medidas concretas. Los especialistas describen el escenario actual y formulan recomendaciones.
La cumbre del G-20 realizada en Washington se propuso “restaurar el crecimiento económico y reformar al sistema financiero global” sin discutir el tipo de crecimiento económico y su distribución. ¿Da lo mismo un incremento de la industria automotriz para uso individual, que una expansión de medios colectivos de locomoción? ¿Importa lo mismo crecer con depredación de los recursos naturales que hacerlo preservando el medio ambiente, la soberanía alimentaria o energética? ¿Vale contabilizar la producción militar o la actividad especulativa como referencia del aumento de la economía? Aparece más atractiva la discusión sobre la nueva arquitectura financiera, aunque valen algunos interrogantes. ¿Quiénes deben protagonizar dicho debate? ¿Los responsables del orden actual? Recordemos que Paulson saltó en 2006 desde Goldman Sachs a secretario del Tesoro de Estados Unidos. Su primer reflejo fue destinar 700.000 millones de dólares para “comprar carteras tóxicas” y salvar entidades financieras expuestas por créditos incobrables. Luego modificó la orientación para avanzar con estatizaciones temporales, para retomar luego el camino de la liberalización.

En ese sentido, la cumbre sostuvo que “nuestro trabajo estará guiado por una creencia compartida de que los principios del mercado, el libre comercio y los regímenes de inversión, y unos mercados financieros regulados en forma efectiva albergan el dinamismo, la innovación (...) que son esenciales para el crecimiento económico, el empleo y la reducción de la pobreza”. Luego de décadas de hegemonía neoliberal y políticas de restauración conservadoras, lo que menos se necesita es la reiteración de las políticas que llevaron a la concentración del ingreso y la riqueza junto al empobrecimiento de la población. No alcanza con las apelaciones a “fortalecer la supervisión sobre instituciones financieras” o promover “reformas del sistema financiero mundial y las organizaciones resultantes de Bretton Woods”, porque ese orden emergente al final de la Segunda Guerra es el que está en crisis: la economía mundial del dólar patrón de cambio. La discusión es sobre el nuevo orden mundial y especialmente sobre quiénes están habilitados para su consecución. En 1944 el debate lo dieron los vencedores de la contienda. ¿Quiénes son esos actores en la actualidad? Desde el 2001 se impuso un reclamo del movimiento popular mundial por otro orden posible y necesario.

La Argentina podría contribuir a ese de-safío con políticas económicas promotoras de la distribución del ingreso y la riqueza en una integración alternativa al librecambio sustentado por el poder económico mundial y local. Ello supone una desconexión del foco de la crisis y una reconexión virtuosa con países de la región para modificar la ecuación de beneficiarios en el desarrollo económico. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner manifestó en Washington la superación de la crisis desde “otro capitalismo”. Es una afirmación para interrogarse sobre la posibilidad de la tesis con transnacionalización creciente. Es tiempo para pensar audazmente en la superación del neoliberalismo y el capitalismo siguiendo la búsqueda creativa en la región, donde se sustentan propuestas más allá y aun contra el capitalismo; incluso socialistas.

Las respuestas a la crisis deben buscarse al margen de los responsables e involucrar a los pueblos y formar sujetos para el sustento de cambios profundos y que pugnen por resolver las diferencias que demoran la emergencia del Banco del Sur u otros proyectos de articulación productiva y cultural que oportunamente fueron suscitados. Remitimos a emprendimientos regionales energéticos, comunicacionales, de infraestructura (respetando el medio ambiente y la cultura popular) y en diversas esferas de la economía. Se trata de resolver problemas económicos sociales al tiempo que se construye el sujeto social para su implementación. Es una lógica diferente a la inyección de liquidez pública a instituciones invalidadas por su práctica, como el FMI. Más que reformar el FMI, nuestros países pueden organizar respuestas similares a la de Bolivia retirándose del Ciadi; o Ecuador con la Auditoría de la deuda pública. Son medidas convergentes con un estricto control al movimiento de capitales. Es tiempo para denunciar a los organismos multilaterales y construir institucionalidad alternativa. Algo contrario a lo sustentado por el G-20, que brega por la culminación antes de fin de año de la ronda de Doha (OMC), cuyo objetivo es bajar aranceles para bienes industriales en nuestros países, al tiempo que Estados Unidos y Europa mantienen cuantiosos subsidios a la producción y exportación de productos agrícolas. Se requiere denunciar cuantiosos tratados en defensa de las inversiones para instalar nuevas normas de intercambio que privilegien resolver necesidades sociales insatisfechas.


* Nota publicada en Página12 del 24/11/08
ver más en http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-115520-2008-11-24.html

Sobre la Cumbre en Washington

La reunión en Washington sobre “Los mercados financieros y la economía mundial”es la primera de una serie que se sucederá en el tiempo para pensar como salir de la crisis actual, que ya es recesión en la Europa del Euro y aceleradamente se acerca en EEUU, y con desaceleración económica en los países emergentes, atrasados o dependientes, configurando un cuadro recesivo de la economía mundial. Existe una importante caída de las ventas en las empresas, expresado en bajas considerables de la facturación, afectando seriamente el empleo y el consumo. La OIT indicó que serán 20 millones en el mundo los nuevos desempleados por esta crisis. El desempleo y la pérdida de ingresos agravan la tendencia decreciente del consumo popular y ello afecta a la inversión. Esa es la razón para que en la reunión del G20 se pensara en “medidas keynesianas” de reactivación de la inversión y el gasto público.



En realidad es poco lo que surge de la reunión y no podría ser de otra manera, pues hasta ahora el tema ha sido tratado en forma “nacional” por cada país, siendo que la crisis es un tema global que requiere respuestas integrales y mundiales. No alcanza con decir que la crisis es de EEUU, o que empezó en EEUU. Es evidente que la crisis es de la economía mundial. Otro de los problemas pasa por concentrar el tema en la dimensión financiera y es por ello que las principales recomendaciones estuvieron concentradas: a) en la regulación de las calificadoras de riesgo; b) los derivados financieros y el control sobre las entidades bancarias de inversión no controladas o insuficientemente reguladas y en el conjunto de instrumentos financieros productos de la ingeniería financiera desarrollada en los últimos años; c) en los organismos financieros internacionales, con el intento de reflotar al FMI en sus funciones de asistencia financiera, para lo cual hay que dotarlo de mayores recursos (Japón habla de contribuir con 100.000 millones de dólares al efecto). En rigor, el problema no es solo financiero, sino económico, e incluso de carácter civilizatorio, afectando el orden social en conjunto.



El problema de fondo es el orden capitalista, y no alcanza con pensar en “otro capitalismo” tal como indicó la presidenta de la Argentina en el cónclave de los jefes de gobierno. No alcanzan con cambios cosméticos en el orden capitalista, sino que hacen falta profundas modificaciones al orden socioeconómico vigente. No es un problema de que la crisis pasa ahora de lo financiero a lo productivo y por lo tanto resolviendo algunas regulaciones todo se normaliza; sino de cambiar también el modelo de producción y en consecuencia la circulación. En definitiva, producción y circulación en conjunto. La crisis no es de las finanzas y su difusión en la economía real, sino que es una crisis económica que objetivamente cuestiona el modelo de producción capitalista.



Nada de esto último fue parte del debate en Washington y por eso George W. Bush (desprestigiado internacional y localmente) insistió en la defensa del capitalismo, el libre cambio y la apertura de la economía. EEUU presionó al G20 para incluir en la resolución final una apelación para un final de la Ronda de Doha que se negocia en la OMC. El objetivo es la liberalización de la economía mundial y que varios países entre los presentes vienen rechazando, ya que los países capitalistas desarrollados piden facilitar el ingreso de bienes industriales a nuestros países y protegen sus mercados del ingreso de productos primarios. Mientras ellos demandan apertura, no dudan en destinar gigantescos subsidios a la producción y exportación, potenciando la asimetría de la inserción de las empresas y los países en el mercado mundial.



Algunos imaginaron que esta reunión sería un “Bretton Woods II”, a imagen y semejanza del de 1944 cuando al final de la segunda guerra se organizó el orden mundial bajo hegemonía del dólar y EEUU. El problema es que ahora no existe una potencia de reemplazo, sin perjuicio de que China puede terminar siendo una de los países que adquiera mayor protagonismo en el orden multipolar que pretenden los países en desmedro de la unipolaridad ejercida por EEUU. Hoy no existe esa potencia militar, económica con fortaleza suficiente para encarar un nuevo liderazgo del sistema mundial, tal como ocurrió en la posta traspasada de Inglaterra a EEUU en las postrimerías de la segunda guerra.



Al mismo tiempo que se realizaba el encuentro de los presidentes se realizó en varias ciudades del mundo un día de acción global. En la Argentina, en Rosario y Buenos Aires se realizaron acciones de un conjunto de organizaciones sociales y personalidades para difundir una carta dirigida a la Presidente de la Argentina relativa a la preocupación y rechazo por la presencia de Cristina Fernández en la Cumbre de Washington. La misiva encabezada por Adolfo Pérez Esquivel “pone en discusión las políticas hegemónicas en los últimos treinta años en el ámbito mundial que promovieron la liberalización de la economía a favor del capital transnacional” La nota critica a quienes visualizan este encuentro “como una importante oportunidad para fortalecer los cimientos del capitalismo, al abordar como mejorar la liberalización del comercio y la inversión” Se critica el libre comercio y a los organismos internacionales para proponer un conjunto de medidas que apuntan en resolver los problemas de los pueblos y no de los bancos o de quienes propiciaron la crisis. Se sustentan propuestas de integración alternativa y de nuevo orden mundial sobre la base del protagonismo popular en la toma de decisiones. Es el camino de la protesta y la constitución de sujetos para enfrentar la estrategia del poder.



Puede verificarse entonces la crisis y los problemas del capitalismo para superarla. Un asunto adicional a considerar es la capacidad de construir propuesta alternativa al capitalismo. Si el capitalismo está en crisis, es un problema también la estrategia de confrontación al capitalismo y la constitución de propuestas anticapitalistas y por el socialismo. Es un tema que empieza a discutirse en algunas de las realidades sociales y políticas de la región latinoamericana y caribeña, aunque debe consignarse que esas voces estuvieron ausentes en el debate en Washington, salvo en la protesta callejera, en esa y otras ciudades del mundo. Se discute la crisis, sí, pero también la posibilidad de otro orden social para la sociedad. No solo está cuestionado el neoliberalismo, sino también el capitalismo.

¿Quién decide sobre los caminos posibles ante la crisis?

El comentarista del New York Times tituló: “OK, al final somos una república bananera”. Lo dice Paul Krugman y remite al fracaso legislativo del paquete antitóxico por 700.000 millones de dólares sugeridos por el trío Bush, Paulson y Bernanke. En su razonamiento, el columnista duda de los efectos del salvataje y también del rechazo, augurando un futuro incierto y recesivo para el devenir económico en EEUU. La gravedad del tema es que se pasó de una crisis financiera a una crisis económica y política con impacto en el sistema mundial. Siendo que, cada una de estas tres dimensiones modifican el tablero de los equilibrios globales. En su análisis en el matutino estadounidense indica que el “lider” del mundo está perdiendo su capacidad de director de orquesta. Más complejo resulta reconocer que no existe sustituto entre bambalinas.

Ante el fracaso el gobierno de Bush vuelve a la carga sobre el Congreso de EEUU y demanda urgente aprobación para frenar la continuidad de la mayor debacle de instituciones financieras por más de medio siglo. Se habilita entonces la esperanza de una rápida aprobación y las bolsas de valores retoman un ciclo de alzas ante la mínima ilusión de fumata. Cualquier obstáculo que se interponga a la demanda presidencial presionará nuevamente a la baja de bolsas y valores, al colapso y al pánico. El chantaje está a la vista y en marcha, con un mensaje que solo deja lugar para un tipo de accionar, el administrado por los mismos que alimentaron el desenfreno especulativo. El Estado interviene para salvaguardar intereses económicos a costa del conjunto de la sociedad.

Ese es un escenario posible, que desemboca en un nuevo ciclo de concentración de entidades financieras y de seguros para consolidar la hegemonía neoliberal en el sistema mundial y el liderazgo de Washington. ¿Se puede pensar en otro camino? Sí, bajo la condición de habilitar una discusión sobre el orden económico construido bajo la consigna de la liberalización, sus causas, efectos y los destinos alternativos sobre los recursos disponibles. En la ONU, existe un acuerdo por el cual la “Ayuda Oficial al Desarrollo” requiere de 70.000 millones de dólares anuales para atender las necesidades insatisfechas de 1.000 millones de personas en situación de pobreza en todo el planeta. Apenas un 10% del paquete antitóxico que discuten los legisladores estadounidenses.

La discusión siempre pasa por los problemas que se pretenden resolver, los destinatarios finales de las políticas que se apliquen y sobre quién recae la responsabilidad del orden social. ¿Quién decide las opciones para pensar los escenarios pos crisis, y más aún, a favor de quién?

“Lo que pide el poder” (Página12- 23/9)

Es evidente que este gobierno está haciendo todo lo que le pidió el poder económico mundial. La premisa principal era arreglar todo lo que estaba en cesación de pagos, primero fue con el Club de París y ahora con los holdouts. Lo que me parece positivo es que se consulte al Congreso, algo que no se hizo al momento de renegociar la deuda con el FMI. El tema del endeudamiento externo es el gran condicionante de la política exterior del país y la Argentina está buscando reinsertarse en el mundo financiero. Lo que ocurre es que con la actual crisis bancaria internacional este gesto sólo significa hacer “buena letra” en el corto plazo, cumpliendo con actores financieros internacionales. Da la sensación de que el anuncio fue bien receptado, pero dada la coyuntura y con un marco global poco claro, los operadores internacionales aún no creen que valga la pena invertir en Argentina, ya que la hipótesis es seguridad, no rentabilidad y la magnitud del país en el sistema financiero mundial es pequeña. Hay que esperar a que se enfríe la crisis para ver cómo impacta la medida en las inversiones.

(Fragmento de la nota publicada en el Diario Página/12 del día 23/9)

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http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/112092-35450-2008-09-23.html


http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-112092-2008-09-23.html

“Lo que pide el poder”

(Fragmento de la nota publicada en el Diario Página/12 del día 23/9


Es evidente que este gobierno está haciendo todo lo que le pidió el poder económico mundial. La premisa principal era arreglar todo lo que estaba en cesación de pagos, primero fue con el Club de París y ahora con los holdouts. Lo que me parece positivo es que se consulte al Congreso, algo que no se hizo al momento de renegociar la deuda con el FMI. El tema del endeudamiento externo es el gran condicionante de la política exterior del país y la Argentina está buscando reinsertarse en el mundo financiero. Lo que ocurre es que con la actual crisis bancaria internacional este gesto sólo significa hacer “buena letra” en el corto plazo, cumpliendo con actores financieros internacionales. Da la sensación de que el anuncio fue bien receptado, pero dada la coyuntura y con un marco global poco claro, los operadores internacionales aún no creen que valga la pena invertir en Argentina, ya que la hipótesis es seguridad, no rentabilidad y la magnitud del país en el sistema financiero mundial es pequeña. Hay que esperar a que se enfríe la crisis para ver cómo impacta la medida en las inversiones.


"Danza de millones en la crisis capitalista de EEUU." (Diario Crítica de Argentina 25/9)

En este septiembre negro para las finanzas globales, son 180 mil millones de dólares lo que dispusieron siete bancos centrales del capitalismo desarrollado para intentar calmar la debacle del sistema financiero en el corazón del capitalismo central. Otros 85 mil millones de dólares fueron los destinados por la Reserva Federal estadounidense para el salvataje de a aseguradora AIG. Fueron 50 mil millones lo que le costó al Bank of America la apropiación de la devaluada Merrill Lynch, cuatro veces más cara hace un par de años. El costo del paquete económico que elevó el gobierno Bush al parlamento para el salvataje de las entidades financieras en crisis alcanza a los 700 mil millones de dólares. Nadie puede afirmar que con esta danza millonaria el problema podrá superarse, pero nuestro propósito con esta nota apunta a poner de manifiesto que elobjetivo es sostener el funcionamiento de la vanguardia de la liberalización financiera y económica de las últimas tres décadas. Esos fueron los años de instalación de la ofensiva del capital transnacional y la ideología neoliberal. Aludimos a la banca de inversión en crisis y a la arquitectura del sistema financiero mundial como emblemas del mundo, cuyas funciones contribuyeron a potenciar las asimetrías de ingreso y riquezas para consolidar un orden económico y social sustentado en la explotación. Resulta útil concentrarnos en la consideración de los efectos posibles en el corto plazo y las opciones que habilita a pensar. El efecto inmediato es la confirmación de la desaceleración económica en EE.UU. y el tránsito hacia una recesión que se difundirá en el sistema mundial. Ya sabemos que la recesión supone desempleo y deterioro de la calidad de vida de los sectores de menores ingresos en EE.UU., motorizando nuevas rondas de concentración empresaria. Una salida posible es la reiteración del camino asumido para superar la anterior recesión del 2001, donde se combinó keynesianismo militar (estrategia contra el terrorismo) con alimento a un desenfrenado endeudamiento del Estado y los particulares, que desembocó en la burbuja inmobiliaria y la crisis de las hipotecas desde agosto de 2007. Ahora no puede repetirse la historia del mismo modo, porque la ofensiva militarista aparece atrapada en Irak y Afganistán, con pérdida de legitimidad en el mundo y al interior de EE.UU. Tampoco se puede estimular el crédito de un sistema bancario con mora creciente. La innovación, si así puede llamarse, y ante el fracaso de que el capital privado sostenga a las entidades en crisis, es que se acude al sempiterno regreso de la intervención estatal bajo nuevas formas. Algunos razonan sobre las similitudes del crack actual con el operado en 1929. Entonces, aprendiendo la lección, se abandonó la concepción de que todo lo resuelve la “mano invisible del mercado”, para inaugurar un nuevo tiempo histórico. Sólo como hipótesis adicionemos que los cambios que ocurren en América Latina pueden generar condiciones para regresar a un imaginario de orden alternativo al capitalismo.

(Fragmento de la nota publicada en el diario Crítica de Argentina del 25/9)
ver mas en http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=12516

Los jubilados y sus ingresos

Es un dato la pobreza entre nuestros mayores. Un tercio de ellos no tienen ingresos previsionales. Entre los 5.500.000 que integran el universo de jubilados y pensionados, el 80% percibe el ingreso mínimo, entre 640 y 670 pesos mensuales; y el 92% con menos de 1.000 pesos cada mes está por debajo de la línea de pobreza. Los ingresos se congelaron entre 1991 y comienzos del 2002, el periodo de la convertibilidad, ese que reintrodujo masivamente a buena parte de nuestra población en la miseria y la pobreza. Luego, desde el 2002 en adelante se actualizaron los mínimos para achatar la pirámide de ingresos y resultar los guarismos empobrecedores antes mencionados.

La inflación en este periodo se encargó del deterioro recurrente de la mayoría. Resulta así un cuadro dramático, en una edad que se supone deben garantizarse las condiciones de vida adecuada luego de años de esfuerzo en la actividad laboral. Lo que decimos está en un marco de cinco años de crecimiento importante de la economía local, con incrementos sustanciales de la productividad del trabajo y las ganancias empresarias. Una riqueza acrecentada que no se distribuye progresivamente, especialmente si tenemos en cuenta a la población pasiva.

El asunto es que la Corte Suprema emitió sentencias de actualización de ingresos para casos particulares desde el 2002 y encomendó resolver la movilidad de los ingresos de jubilados y pensionados. La propuesta del Poder Ejecutivo, modificada en la Cámara de Diputados y en tratamiento en Senadores incluye tecnicismos no simples para la interpretación de los propios autores, pero que claramente establece topes para esos incrementos automáticos que supone toda movilidad. Ese techo se fija en la relación entre la recaudación previsional y la cantidad de jubilados registrados, que de la mano de moratorias varias se incrementa regularmente. Es una situación deseable, pues no debería haber mujer mayor de 60, u hombre mayor de 65 que no perciba beneficio previsional. El tema es que a medida que crecen los beneficiarios de seguridad social disminuye el cociente entre la masa recaudada y el total de beneficiarios más un plus establecido en el 3%.

Así se configura el límite de la movilidad y con ello se condena a los jubilados a la continua lucha por mejorar sus haberes. La cultura histórica remite al 82% móvil. Es una relación con el ingreso de los trabajadores en actividad en la misma función o cargo. No debe existir fórmula mágica para resolver la distribución del ingreso con los jubilados. El tema es sencillo: 82% móvil.

¿Existen recursos para ello? La recaudación previsional presenta superávit que está siendo aprovechado financieramente con bajo costo por el fisco. Desde el Estado se los considera fondos propios a partir de su registro en el presupuesto desde la reforma fiscal impulsada por Menem y Cavallo a comienzos de los 90´. Situación legitimada desde entonces por distintas legislaturas que consideraron y aprobaron Presupuestos Nacionales que se apropian de recursos que pertenecen a los trabajadores para atender los ingresos de jubilados y pensionados.

Los recursos suficientes existen y pertenecen a los trabajadores. Hacer justicia supone reintegrar esos recursos y formalizar la movilidad histórica del 82%. En la hipótesis de que los recursos no fueran suficientes, bien vale la discusión para asignar fondos públicos complementarios para satisfacer la demanda de calidad de vida de nuestros mayores.

Argentina cancela deuda externa con el Club de París


La Presidenta Cristina Fernández anunció el pago de 6.706 millones de dólares al Club de París, un organismo que reúne en su seno a 19 países, entre los cuales tienen carácter hegemónico el Grupo de los 7 poderosos países capitalistas que se autodesignan como supervisores del sistema mundial.

El argumento utilizado repite fundamentos ofrecidos por el gobierno de Néstor Kirchner: el desendeudamiento. Un gran interrogante es la primacía de la deuda externa sobre la interna, de la cancelación ante los acreedores financieros con anterioridad a la deuda social gigantesca producto de años de transferencia de recursos, riqueza y poder a un núcleo concentrado del capital transnacional.

Se trata de una medida controvertida, porque la persistencia del incumplimiento cerraba las puertas del país al financiamiento externo, salvo las operaciones solidarias provenientes de Venezuela, con tasas de interés creciente, las que devolvían una imagen de vulnerabilidad externa de la economía local. ¿Para qué se requería ese financiamiento? Esa es la cuestión de fondo, ya que la Argentina sigue presa del condicionante que supone el endeudamiento originado en tiempos de la dictadura genocida. Argentina se endeuda para cancelar deuda en un derrotero sin fin. Con la política de desendeudamiento, el país pretendía sacarse de encima el problema y la realidad demuestra que se continúa con un obstáculo estructural.

Hace 25 años que bajo gobiernos constitucionales se escamotea la investigación de la deuda pública externa. Se sugiere el carácter de “odiosa” de buena parte de la misma, contraída en tiempos dictatoriales y sin embargo, cada turno gubernamental organizó una reestructuración de los pagos, redefiniendo plazo e hipotecando el futuro. Incluso, las quitas obtenidas en la negociación del Plan Brady en 1992 y en el reciente canje del 2005, presentadas como resoluciones definitivas han mostrado sus límites con los crecimientos posteriores del stock de deuda, que finalmente absorbe recursos fiscales que podrían asignarse a resolver demandas sociales insatisfechas.

Argentina necesita compartir una estrategia común de abordaje del problema con otros países de la región y del mundo. Ecuador está avanzando en soledad en su auditoria de la deuda externa, con colaboración de profesionales y expertos argentinos. Sería deseable un mayor acercamiento y consulta con la experiencia ecuatoriana y ensayar un camino conjunto, tal como se presume con el Banco del Sur y otros emprendimientos productivos y financieros que se procesan en la búsqueda de una integración alternativa.

No sirve el aislamiento internacional, pero la inserción bajo las reglas del poder mundial no es el único camino posible. No es sencillo transitar senderos alternativos, pero reiterar los ya transitados nos condena a la eterna hipoteca.

Buenos Aires, 3 de septiembre de 2008